Un seguro es un contrato por el que una persona (el asegurador) se fuerza, a través de el cobro de una prima y para el en caso de que se genere el acontecimiento cuyo peligro es objeto de cobertura a indemnizar, en los límites pactados, el daño producido al asegurado o bien a satisfacer un capital, una renta o bien otras posibilidades convenidas. De este modo lo define el artículo primero de la Ley 50/1980, de ocho de octubre, de Contrato de Seguro (BOE núm. doscientos cincuenta, de diecisiete de octubre de mil novecientos ochenta), que es la actual en España. En este contrato intervienen un asegurador o bien compañía aseguradora, que es la persona que vende el seguro y quien cubre el peligro y el asegurado o bien tomador del seguro, que es quien adquiere la póliza de seguro y paga la prima. En ocasiones no es exactamente la misma persona, puesto que uno puede ser el que haya contratado el seguro, que es el tomador y ser diferente quien esté garantizado o bien asegurado, como sucede por servirnos de un ejemplo en los seguros colectivos de accidentes que contratan las compañías a favor de sus trabajadores.
La cantidad de dinero que se cobra por una cierta cantidad de cobertura de seguro o bien suma asegurada, lleva por nombre prima. La prima garantiza que la suma asegurada se retribuirá en el caso de perdida.
La administración del peligro, que es la práctica de la evaluación y control del mismo, se ha desarrollado como un campo reservado de estudio y práctica.
La transacción implica que el asegurado supone una pérdida parcialmente pequeña y famosa en la manera de pago de una prima a la compañía de seguros a cambio de la garantía de la empresa de seguros para compensar (indemnizar) al asegurado en el caso de una pérdida financiera o bien comercial.
El asegurado recibe un contrato, llamado la póliza de seguro, que especifica las condiciones y circunstancias en las que el asegurado va a ser compensado a nivel económico.
Desde determinado punto de vista matemático, el seguro convierte los peligros a los que están sometidos las personas en probabilidades soportables por medio de una organización.
El seguro se configura como una pieza básica de la presente estructura social. La corporación del seguro tiene 2 grandes manifestaciones en la sociedad:
Seguridad Social, que es un sistema obligatorio de cobertura, administrado por el Estado, dirigido a administrar protección y bienestar a los ciudadanos, que acostumbra a asegurar una prestación económica en el caso de jubilación, incapacidad laboral, fallecimiento, desempleo etcétera
Seguros privados que cubren y resguardan a las personas o bien entidades que contrata, pudiendo ser de subscripción obligatoria o bien voluntaria. Ejemplos de seguros privados son los seguros de hurto o bien incendio de un inmueble o bien los seguros de vehículos o bien de accidentes de personas.