Ventajas de un seguro de impagos para inversores en vivienda

Actualmente vivimos tiempos convulsos en el mercado del alquiler en España. En general la llamada «era post COVID19» si es que se puede denominar así, nos ha traído un período de incertidumbre en todos los ámbitos: laboral, social, y obviamente sanitario. Al fin y al cabo la economía no es más que un reflejo de todo lo anterior. Dentro de esta incertidumbre, el gobierno ha anunciado nuevas medidas para intentar controlar el precio del alquiler de viviendas y aumentar la protección de los inquilinos en este tipo de transacciones, y desde diferentes agentes económicos se habla ya de la previsión de llegada de una crisis económica sin precedentes.

En España muchas personas tienen en el alquiler de una vivienda una forma de redondear sus ingresos o sus pensiones y con toda lógica se preguntan de qué manera pueden proteger sus intereses de cara a los nuevos tiempos que se avecinan; sociales y legislativos.

Los seguros para inmuebles en alquiler

El sector de los seguros, en constante evolución, ha desarrollado numerosos productos específicamente para el mercado inmobiliario que buscan que el arrendador tenga garantizado el cobro de su renta. Estamos hablando de los seguros de impago de alquiler que de un tiempo a esta parte, y con toda lógica, no han parado de evolucionar y crecer en contrataciones.

Ventajas de los seguros de impago de alquiler

Las ventajas de este tipo de productos que ofrecen las aseguradoras son obvias y su propio nombre ya nos lo indica: garantizar al cliente que cobrará la renta. Ni más ni menos. Garantizar que el arrendatario cobrará el importe de su alquiler no es algo baladí, pero no es la única de las ventajas de este tipo de seguros. Entre otras, las más destacadas pueden ser las siguientes:

• Protección jurídica frente a impagos. Más allá de garantizar la renta, se trata de una ventaja asociada que es de sentido común: si a la aseguradora «le cuesta el dinero» tener que abonar la renta por un impago, su departamento jurídico pondrá todo su esfuerzo en cobrar la renta, tan sencillo como eso.
• Protección frente a reclamaciones por daños. Es también otra de las cuestiones que más preocupan a los propietarios, ¿qué podemos hacer ante desperfectos del inmueble por parte del inquilino? ¿Qué ocurre con la fianza?
• Protección frente a reclamaciones de la comunidad por malos comportamientos del inquilino. Nos estamos refiriendo a posibles reclamaciones por parte de la comunidad de propietarios frente a ocupaciones de lugares comunes, molestias por ruidos o actos vandálicos, obras o reformas no autorizadas, realquileres, etc.
• Asistencia jurídica frente a denuncias del inquilino que busca no pagar su renta, denuncias de estafa, falsedad documental y otras argucias que buscan retrasar la fecha de abandono del inmueble o reclamar indemnizaciones por daños.
• Gastos de cerrajería, en el caso de que sea necesario recurrir a un desahucio

Ventajas de estos seguros para los administradores de fincas

Por otro lado, tal y como nos cuentan en Homyfincas, especialistas en administración y gestión de fincas, contar con inmuebles cubiertos por este tipo de seguros les aporta un valor adicional a su gestión diaria. La tranquilidad de contar con asesoramiento jurídico, pago de rentas garantizadas, y una serie de servicios adicionales, supone un valor adicional realmente tangible a su trabajo diario.

Para un administrador de fincas saber que los propietarios tienen garantizadas su renta y que pueden disponer de un servicio jurídico rápido y eficaz le supone no solo tranquilidad, sino también un ahorro considerable de costes que de otro modo correrían de su cargo, o en su defecto de parte de los arrendadores, que no siempre pueden contar con recursos económicos con los que hacerse cargo de estas contingencias, con el perjuicio claro que conllevaría para el resto de la comunidad.

En definitiva, por nuestra parte se trata de un producto más que recomendado para la tranquilidad de todas las partes, claramente las ventajas superan en mucho a la posibilidad de vernos inmersos en una situación más que desagradable, como son los impagos de las rentas.